domingo, 30 de junio de 2013

Placer, Felicidad y Utopía


“Seremos aquello en lo que pensamos a menudo”

 
El mundo en el transcurso del tiempo ha cambiado, ahora es más ágil. Queremos que lo prospero venga con facilidad, rapidez, como el éxito, el dinero y el placer. El mundo nos presenta opciones de los cuales debemos escoger el que nos parezca el más adecuado, uno de ellos son guaridas llamativas donde podemos disfrutar  la vida, parques temáticos donde se puede disfrutar momentos memorables, viajes especiales para  multimillonarios caprichosos, entre otros. Es que las personas desean hallar la felicidad a través del placer y de las aventuras; la buscan como si fuera algo que está oculto en alguna parte, o que debería estar, fuera de sí. La felicidad es una meta que buscamos desde pequeños, se intenta alcanzarla, sin embargo, no se conoce como se puede lograr realizarla.  

 

Según los Hedonistas, la felicidad se encuentra inmersa en el placer, para los Estoicos, se vincula con el dolor y las pasiones. Para los maestros de la filosofía griega (Platón, Aristóteles, Sócrates) la felicidad se vivencia  mediante la razón. Entonces, todos se preguntarán, ¿Qué es la felicidad?, ¿Dónde podemos hallarla?, ¿Quién tiene la definición concreta de ella?, ¿Se encontrara en lo material, en el poder, en los lujos?.  Es visible que cuando no tenemos bienestar, es complicado ser felices, ya que cuando no nos sentimos bien los factores mentales, biológicos, y sociales, no nos desenvolvemos idóneamente en la vida, ni la disfrutamos a cada instante.  También es evidente, que el simple gozo no la garantiza. El dinero puede brindarte bienestar, puedes acceder a muchas cosas, pero ello no te llena el alma,  completamente, lo material no es lo esencial en la vida para ser felices. La interacción personal, es la clave para ser felices, realizarnos como seres humanos, proponernos una meta e intentar alcanzarla poco a poco, no rendirse si caes una vez, o dos veces, la clave es seguir adelante, sin amilanarse por el pasado. La felicidad depende desde un primer instante, de la manera de cómo vivimos la vida.

 

Fuente: Buznega, Raquel (Psicóloga). Revista Fusión. (2011).   

                                                          


 

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